¿y si es verdad?

- Quédate quieta, Mia.
- ¿Qué pasa? ¿Tengo una araña en el hombro? ¡Dime que no, por favor!
- No.
- ¿Entonces que pasa?
- Tu no te muevas.
- Me estás asustando.
- No me importa jeje.
- Venga, dime algo.
- Espera. Creo que estábamos en silencio y más cerca.

En ese momento Mia se despertó de golpe. Cinco minutos de siesta y el sueño más normal la pilló desprevenida. Tan desprevenida como que sabía que algo raro había él. En el sueño hablaba con ese chico como si le conociera de toda la vida pero no le reconocía en realidad.
Se fue a lavar la cara porque había quedado en veinte minutos y llegaba tarde. Llego al lugar de encuentro y sólo estaba uno de sus amigos. Mia le saludo pero no dijo una palabra más. Al momento su amigo se dio cuenta de que algo no iba bien. -"Mia, ¿en qué piensas?" -"uhm nada" -"Mia, espera, quédate quieta". -"¿cómo dices?" Un escalofrío recorrió todo su cuerpo, una sensación conocida apareció. Y Mia tan sólo dijo "oye nos vemos otro día".


Comentarios

  1. Di la verdad, no existen las siestas de cinco minutos. Las buenas son las de horas, aunque acabes más cansado que al principio, pero en ese tiempo las preocupaciones y ls arañas te dejan tranquila. Puede que nos atrapen al despertar, pero por eso... por eso... solo un ratito más

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares